miércoles, 3 de septiembre de 2008

Tinta roja.


“A su lado, en el andén, un niño lo observa con esos ojos nuevos y bestiales, dispuestos a devorarlo todo. Un niño en la edad en la que irse a dormir es una forma terrible de la injusticia. A los niños no les asusta lo que pueda haber en la oscuridad. Lo que no pueden soportar los niños es el horror de que en la oscuridad, durante la larga noche, no haya nada para ver y que los párpados se cierren como persianas.”

Rodrigo Fresán – Jardines de Kensington.

“Y es que a Alicia le habían sucedido tantas cosas extraordinarias últimamente que había empezado a pensar que eran muy pocas las realmente imposibles.”


Lewis Carroll – Alicia en el país d elas Maravillas.

“Yo no se de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.

Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.”


Alejandra Pizarnik – Tiempo.

Ausente. Tardía.
Con un hombre que moría de tristeza por ti
y de amor podía renacer tantas veces como fuera preciso.
Tan blanca.
Tan mía como tuya mi sangre.
Distraída y suave.
A veces atenta pero grotesca.
Con las manos como gorriones
y los labios sin besos de miel.
Tan lejos que me ahogabas
y tan sola que dolías.
Habiéndome amamantado de un sufrimiento agrio
con los pezones agrietados por el recelo.
Pero con amor sereno te quiero,
agotado ya el corazón de niña,
con el alma de mujer que te abraza
temerosa a que puedas devorarla.
Tanto te necesito que mi razón tiembla
cuando tu voz le habla.
Tanto te espero que mis ojos se mojan
cuando te pienso desolada en el recuerdo.
Con tus momentos de luz clara y de soles tibios,
cuando entre mis sombras rondaba el miedo
a la oscuridad tan conocida.
Y te apagabas ante mí, te devoraban los fantasmas
y ante nuestras miradas resignadas te dormías.
Despierta madre mía. Despierta y arrúllame con tu cercanía.

Paula Hewson. Desaparición.

No hay comentarios: