viernes, 19 de junio de 2009

Con lo que eso duele


Si sólo te pido que me dejes caer en las arenas movedizas del olvido, ¿por qué te resulta tan difícil de sobrellevar mi deseo crónico de abandono?.
Si no supiste acompañarme en la construcción, no te me acerques ahora en el derrumbe.
¿No te cansaste ya de alfiletearme los ojos a través del muñeco vudú que llevás colgado del cuello?
Cuando no hago nada, me pedís el todo.
Cuando avanzo un casillero, pateas el tablero.
Dicen que las mujeres tienen un sexto sentido, a mi me pinta histeria de pura cepa.
No te percibo astuta, más bien te leo irónica.
Ni te recuerdo contemplativa, sino bastante lejana.
No tengo segundas intenciones, apenas tenía unas pocas primarias que te comiste en la tercera cena a media luz.
Camino con una venda en los ojos para no verte en los portarretratos, pero te encuentro en las texturas de lo que tanteo a diestra y siniestra.
Cuando pruebo otros mares con la puntita del dedo, separás las aguas dejándome en el más estéril desierto.
Soy vulnerable a tus exquisitos dones: me enamoran tu egoísmo, tu frigidez, tu inconstancia y tu iniquidad. Ah, ¿pero cómo?, ¿esos eran tus defectos?, tengo mala memoria para los buenos momentos…
A veces me siento un súper héroe, tantas otras me creo que no valgo la pena…
Y cuando asomo el hocico, aparecés presta a fumigar mi atrevimiento.
Te gusta damnificar mis sentimientos, andás por mis jardines clavando tu taco aguja en mis canteros.

Paula Hewson.
06/2009.

Para un amigo, sobreviviente de la estocada del amor. Corte orejas querido, deje la jindama rendida en la arena!.

miércoles, 17 de junio de 2009

Delirium Tremens

Tu cepillo de dientes me sonrío,
yo estaba sentada en el inodoro, mirándolo por ver algo,
y te juro que me sonrío con la boca bien abierta,
mostrándome todos sus dientes / cerdas.

Traté de no darle importancia al hecho,
distrayéndome en los quehaceres del feriado,
hasta que me iba para la cocina
y noté que las pantuflas que me regalaste me seguían.

Entonces opté por un tilito, que bajo las circunstancias no venía mal.
Y mientras esperaba frente a la pava,
atrapada en una ráfaga de estornudos,
el pingüino blanco que me trajiste de Tandil
me deseó un “salud” tan clarito que no pude más que agradecerle.

Aún así intenté no preocuparme y me tomé una aspirina.
Me supuse cansada, y la rojita esa, la plus, dicen que activa.
Pero me asusté un poco cuando ya en el escritorio
el mouse que me conectaste el lunes
trepó por mi antebrazo y se acurrucó en mi hombro.
Ronroneando rarito.

Preferí acostarme un poco,
pero salté de la cama bastante nerviosa
cuando tu remera verde salió de debajo de la almohada
y comenzó a lamerme los pezones.

Me fui a dar una ducha, con la música fuerte,
como para espantar fantasmas, viste?
El problema fue cuando abrí la puerta del baño
y estaban todos los cd’s que me prestaste
bailando en ronda al compás de Todo Se Transforma, de Drexler…

Cuando me senté desnuda en el sillón,
tratando de prenderme el cigarrillo con el pulso alterado,
tu BIC amarillo grande, el que te dejaste en casa,
se encendió y me lo prendió con un guiño cómplice.

Yo te vengo diciendo que tenemos que vernos mas seguido.
Pero vos me decís que exagero.

MC
Junio 2009.

Salud (dinero y amor)



Este texto fue escrito para el programa que irá el jueves 18 de junio a las 21hs por FM La Tribu. Yo creí que estaba bueno, hasta que lo compartí con Nacho Pons, quien mientras lo leía me fue tirando unos 10 temas más, que yo obvié, y que REALMENTE son los que deberían haber ido! Después de haberme pasado el trapo, dudé sobre la “genialidad” del textito, pero de todas formas lo comparto.
Nachito, estás invitado a subir los temas que encontraste antes de que los publique bajo mi nombre!!
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Música y salud!!

Podemos hacer todo un compendio sobre los músicos que han nombrado el vino en sus canciones.
Tal vez ya se estén sonriendo acordándose de algún tema de esos que les partió la cabeza –o el corazón en su defecto- que nombra al vino de la mano del olvido, de mujeres, de amigos, de despedida, de despechos y frustraciones, de guitarras y reencarnaciones.
El vino como invitación, como consejero en la desgracia, como excusa, como acercamiento. Muy pocas veces el vino es usado como metáfora para el romance o el festejo.
Desde los más rockeros, pasando por los boleros, el tango, el folclore, las baladas, la cumbia o los clásicos, todos en su género han sabido darle al vino un lugar entre sus estrofas.
Un lugar que no es menor y que no pasa desapercibido, sino que invita a brindar a la salud de todos los autores que lo han nombrado!

Comenzando por Spinetta que a través de Los Libros De La Buena Memoria sabía que “el vino entibia sueños al jadear, desde su boca de verdeado dulzor”.

“Son las cinco y Palermo tiene poco que contar, en casa hay dos vinos si prometes que no te enamoras”, era la difícil condición que Iván Noble imponía en Fulanos De Nadie.

En Bitter Wine, Bon Jovi entendió que el más exquisito elixir puede convertirse en un agrio recuerdo cuando escribía “tu amor era mi salvación, siempre podía animarme, lo que una vez fue agua bendita, ahora sabe a vino amargo”.

“Vino tinto, de ti depende, todo lo que puedo hacer ya lo he hecho, los recuerdos no se van”. Cantaban los UB40 precisamente en Red Red Wine, cansados de no poder olvidar.

Hasta el más egoísta hubiera convidado en una fiesta a La Mona cuando gritaba “Estoy a punto de morir de sed, porque no encuentro algo para tomar. Díganme, solo quiero saber quién se ha tomado todo el vino?

Y Sin Embargo, también Joaquín Sabina recorrió los caminos del abandono diciendo: “Porque una casa sin ti es una emboscada, el pasillo de un tren de madrugada, un laberinto sin luz ni vino tinto, un velo de alquitrán en la mirada.

“Carnaval, las ruedas vuelan y los colores giran. A través del alcohol, vino rojo que punza la piel cara a cara en un lugar árido y sin agua”, señala Bono ardiendo en El Fuego Inolvidable.

Desde su Morada Fría, Diego Frenkel traía junto a La Portuaria aquel “y ahora sólo está el vino que chorrea de mi boca, la sangre que al amor la tierra del desierto convirtió”.

“Nena, hay alegrías y alegrías. Hay mucho vino malicioso y poco vino del mejor”, pudo contarnos con toda la razón Carlos Indio Solari en Yo No Me Caí Del Cielo.

Mientras tanto Roger Waters aseguró que “el amor es la sombra que madura el vino” en Set The Controls For The Heart Of The Sun.

Cátulo Castillo nos bendijo en su Última Curda escribiendo “¡Ya sé que te lastimo!¡Ya sé que te hago daño llorando mi sermón de vino!”. Llore maestro, a usted le perdonamos cualquier cosa.

Al despedirse de la pasión en Como Te Diré, Sandro cantó: “¿Cómo te diré, que aquella flor que era este amor se marchitó, que el pájaro de sueños que tuvimos ya voló, que el vino estimulante del deseo se acabó?”

En Vino Tinto los chicos de Estopa comprendieron el quid de la cuestión y afirmaron que los años no sólo pueden mejorar a los licores: “Fíjate un objetivo distinto, que soy como un vino tinto: que si me tomas en frío engaño, y con los años me hago mas listo, cariño”

Paseando por Macarthur Park, Frank Sinatra cantaba: “Habrá otra canción para mí, porque la cantaré. Habrá otro sueño para mí, alguien lo traerá. Oh, beberé el vino mientras que este caliente”.

Quedó claro que los Beatles sabían de sabores duraderos cuando en A Taste Of Honey aseguraban que “tuyo fue el beso que despertó mi corazón y dura aún -por más que estemos apartados- un gusto a miel que sabe más dulce que el vino.

Y “nada remedia con llanto, nada remedia con vino: al contrario, la recuerda mucho más su corazón”, se lamentaba José Feliciano con La Copa Rota.

A Charly García nadie le hubiera cobrado la deuda que refería en Peluca Telefónica revelando que: “Cuando vuelvo a mi casa temprano me tengo que tomar un litro de vino prestado, que no pienso pagar.

Aún Tan Solo, Ciro Martinez estaba rodeado de tentaciones: “Quizás no sea el vino, quizás no sea el postre, quizás no sea no sea nada; pero hay tanta belleza tirada en la mesa, desnuda toda rebalsada.

Michael Hutchence no pudo cumplir con su deseo en Never Tear Us Apart, donde aseguraba que “podríamos vivir por mil años, pero si te lastimo haría vino de tus lágrimas”. Y cuánto me hubiera gustado que pudiera hacerlo.

“Después del vino, sus lágrimas brotan a borbotones”, descubre Mick Jagger en Blind Leading The Blind.
Y un poco más joven nos decía “Hoy la vi en la recepción, con un vaso de vino en la mano. Supe que encontraría su conexión pero a sus pies tenia a su despreocupado hombre” Bien sabías que You Can’t Always Get What You Want, Mick.

Desde el más acá, Horacio Guaraní pedía Volver En Vino, diciendo: “Quiero morirme cantando bajo tu parra madura y que me entierren al alba regao de vino mi tumba, regao de vino mi tumba”.

“Amigos, cuando se tiene un pesar dentro del corazón, no se puede evitar que el vino se vuelva pesado y llorón” explicaban D'Arienzo y Romero en El Vino Triste, inmortalizándolo a través de la voz de Hugo del Carril.

Y poniéndole nombre de pila al vino tinto, Banda Criolla se atrevió a cantarle al amor asentando que: “Este Malbec hoy me anima a pedir auxilio. Será por este corazón, será por esta habitación, será porque en el mundo hay amor”.

Ojala me ayuden a completar esta lista que es mucho más extensa de lo que mi precaria memoria les ha presentado.

M.C.