domingo, 21 de septiembre de 2008

In a little while.


“Sigue adelante. No te detengas. Avanzar es caminar hacia la perfección. Sigue adelante, sin temor a los abrojos ni a las piedras cortantes del camino de la Vida”.

Kalil Gibran – El profeta.

Siempre fui mi propia reja herrumbrada. Pero también son mías las manos que han de restaurarla.
:)

MC.


“Slow down my beating heart
A man dreams one day to fly
A man takes a rocket ship into the skies
He lives on a star that's dying in the night
And follows in the trail the scatter of light
Turn it on, turn it on, you turn me on.”

U2 – In A Little While.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Entre caníbales.


Habiendo abierto los candados de mi mente, te entregaste a la ardua labor de aniquilar temores, labrar deseos y fraguar fantasías para reinventarlas en tus manos.

Habiendo adormecido al cancerbero que resguardaba el infierno de mi sexo, te entregaste a contemplar el placer que fuiste forjando en mi cuerpo descreído.

Todas tus llaves. Para liberarme, justo a tiempo.

MC.

“YO, CON MIS CANDADOS Y MIS LLAVES DE AIRE, YO, QUE ESCRIBO CON HUMO”. Julio Cortázar – Rayuela.

En la mitología griega, Cerbero (en griego Κέρβερος Kérberos, ‘demonio del pozo’), también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas, con una serpiente en lugar de cola e innumerables cabezas de serpiente en el lomo. Cerbero guardaba la otra orilla de la laguna Estigia, por donde el barquero Caronte llevaba las almas desde la tierra al Hades, o sea los infiernos (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro.
Pero Cerbero fue derrotado varias veces:
La última prueba de Heracles fue capturar a Cerbero.
Orfeo usó su música para calmarle y dormirle.
Hermes logró dormirle usando agua del río Lete.
En la mitología romana, Eneas le adormeció usando tortas de miel con droga.

“nuevas torturas, nuevos torturados
veo en torno, doquiera que me mueva,
y hacia donde me vuelva y donde mire.

Cerbero, fiera cruel y multiforme,
caninamente con tres fauces ladra
a los que aquí se encuentran sumergidos.

así hicieron esas fauces sucias
del demonio Cerbero, el cual aturde
tanto a las almas, que querrían ser sordas”


Dante Alighieri – Infierno, Canto VI.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Tinta roja.


“A su lado, en el andén, un niño lo observa con esos ojos nuevos y bestiales, dispuestos a devorarlo todo. Un niño en la edad en la que irse a dormir es una forma terrible de la injusticia. A los niños no les asusta lo que pueda haber en la oscuridad. Lo que no pueden soportar los niños es el horror de que en la oscuridad, durante la larga noche, no haya nada para ver y que los párpados se cierren como persianas.”

Rodrigo Fresán – Jardines de Kensington.

“Y es que a Alicia le habían sucedido tantas cosas extraordinarias últimamente que había empezado a pensar que eran muy pocas las realmente imposibles.”


Lewis Carroll – Alicia en el país d elas Maravillas.

“Yo no se de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.

Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.”


Alejandra Pizarnik – Tiempo.

Ausente. Tardía.
Con un hombre que moría de tristeza por ti
y de amor podía renacer tantas veces como fuera preciso.
Tan blanca.
Tan mía como tuya mi sangre.
Distraída y suave.
A veces atenta pero grotesca.
Con las manos como gorriones
y los labios sin besos de miel.
Tan lejos que me ahogabas
y tan sola que dolías.
Habiéndome amamantado de un sufrimiento agrio
con los pezones agrietados por el recelo.
Pero con amor sereno te quiero,
agotado ya el corazón de niña,
con el alma de mujer que te abraza
temerosa a que puedas devorarla.
Tanto te necesito que mi razón tiembla
cuando tu voz le habla.
Tanto te espero que mis ojos se mojan
cuando te pienso desolada en el recuerdo.
Con tus momentos de luz clara y de soles tibios,
cuando entre mis sombras rondaba el miedo
a la oscuridad tan conocida.
Y te apagabas ante mí, te devoraban los fantasmas
y ante nuestras miradas resignadas te dormías.
Despierta madre mía. Despierta y arrúllame con tu cercanía.

Paula Hewson. Desaparición.