miércoles, 8 de diciembre de 2010

Ruido blanco


-Veo veo.
-Qué ves?
-Tu tranquilidad, tu fresco. Acá, adentro mío, hace tanto calor.
Y yo espío. Y busco.
Y encuentro. A veces, a veces encuentro.
Vos no me ves, a mí nadie me observa. Pero yo veo.
-Veo veo.
-Ah, y qué ves?
-Mmmm, ahora te cuento. Esperame 5 minutos y lo posteo!.

MC
12/2010

jueves, 14 de octubre de 2010

Influencia


Acentuame las vocales.
Deletreame las palabras.
Ortografiame los escritos.
Conjugame el verbo.
Subrayame el núcleo.
Haceme tácito el sujeto.
Volveme abstracto el sustantivo.
Forjame el palíndromo.
Acomodame el anagrama.
Recién ahí analizame la oración.

Una vez resuelto, disminuíme la sangría.
Sacame el interlineado.
Justificame el texto.
Comparame el documento.
Alineame los márgenes.
Insertame la nota al pie.

Ah, y presioname el F1 para obtener ayuda cuanto antes.

M.C.

martes, 11 de mayo de 2010

Seconds


¿Qué hacés barriendo el miedo debajo de la alfombra?, ¿no ves que el amor te va a alcanzar igual?.
Que fea que te queda la espera, se parece a la soledad.

No subestimes mi capacidad de catástrofe. No creas que podés filtrarte en mi distracción, ya sabes que tengo el sueño liviano y que en mis aquelarres no quedan más vacantes.

No tengo tiempo para los rituales de apareamiento, mi corazón ninfómano lo quiere aquí y ahora, (y luego también). No lo dejes latir por demás porque va a explotarte en las manos y tardarías días enteros en limpiar el desastre.

¿O es que acaso mi amor no supera tus normas iso?

MC.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Seis de la mañana


Nunca te garanticé que no habrías de enfrentarte algún día al espanto de que el príncipe se te convierta en rana, o vos princesa, en arpía despiadada. Se te hicieron las doce, Cenicienta, y el zapatito siempre te quedo chico, te hizo ampolla, te dejó en carne viva el talón de Aquiles.

Quedaste en corto, lo poco que te funciona, funciona a reglamento. Te rompiste un poco, no mucho, pero te caíste sin tiempo de poner las manos, buscá, buscá que el pedacito que se te saltó no puede estar muy lejos, que nadie pise, tene cuidado, espera que yo te ayudo, cuando lo encontremos vamos a ver cómo lo pegamos, ojalá que este enterito, que cosa, mirá qué justo ir a romperte ahí.

Ahora tenés miedo y andás un poco con el rabo entre las piernas. Pero ¿por qué estás tan triste?, tenés que enojarte, sacudirte, revolcarte. Gritá y pataleá. Siempre entendés todo, no entiendas nada y enojate, energizate con la furia, sangra si es que hace falta pero no llores.
Image - Adjustments - Desaturate, quedaste en blanco y negro, pero vas a ver que en unos días te vas a ir sepiando, y en unos días más te va a volver el colorcito.

Tomate un té y volvé a la cama, mañana tenés que levantarte temprano, mañana hay cosas que hacer, mañana hay que vivir. Pero no, no insistas más, todavía no, el cartel lo dice bien clarito: “romper el invierno con el martillo y usar la escalera sólo en veranos de emergencia”

Paula Hewson
24-03-2010

martes, 9 de marzo de 2010

Un buen día

Es que es eso.

Cuando me desdoblo, cuando me hablo de vos, cuando me trato con condescendencia o cuando me opino con intolerancia es como si me caminara al lado, ni atrás ni adelante, es al lado, o como encima.

Y a veces me pido: "Pero contame cotidianeidades Marcela, contame las cosas que te pasan cuando no podes dormir, cuando no podes despertarte, contame lo que significa y lo que no se resignifica, decime por qué sí, por qué podes y no queres”.

Y algunas cosas se me pasan, otras las hago cuando estas distraída, pero rapidito te das cuenta y me reclamas. Lo peor es el reproche, cuando me decís que me avisaste, que lo hice igual, que vos, yo, habíamos dicho que no. Son tan pocas las veces en que las dos estamos de acuerdo… Y te empecinás en decirme las cosas malas, nunca me festejas, nunca me das saltitos de contenta alrededor, siempre estás metiendo el dedo en la llaga, estás como esperando a que me equivoque.
Vos sabes cómo cansa, es como hacer el esfuerzo dos veces…

Tal vez tendría que asesinarme. Tal vez si me asesino me callo, me dejo, ya no me sigo. Esa cosa, tiqui tiqui, pasito tras pasito, viéndome cuando me doy vuelta, sentándome apretadita en el bondi para que yo también entre en el asiento, para que entremos las dos. La verdad es que ya está. Ya estamos grandes, podes solita, yo puedo solita, ¿o no te parece? Yo se que a veces me dan ganas de darme la mano para cruzar, o alcanzarme la toalla cuando cierro la ducha, o de consultarme, pero esta cabeza es demasiado chica para las dos.

Es que esta despersonalización me está acabando. Cuando hablás tu lengua es como una babosa que repta y se pega y se mete en los rebordes más filosos pero no se corta. Voy a tener que echarme sal para ver si te paro.

Y probablemente te llore Marcela, qué le vas a hacer… siempre lloré, lloro desde antes de que me conocieras y voy a llorar después de que te vayas.

Paula Hewson
Marzo 2010.

miércoles, 13 de enero de 2010

Esperando el impacto

Puedo decirte esto de cualquier forma, puedo hablarte en lenguas extrañas, puedo usar tantas voces como se me vengan a la mente. Puedo hablarte con la boca llena de espinas, con los ojos, con el cuerpo, con el clítoris, con el ritmo de la respiración. Puedo escribirte o puedo gritarte, puedo dejarte mensajes en el cielo o mensajes en el celu. Puedo escribir con tizas sobre tu vereda para que la lluvia lo borre o puedo manchar de brea el blanco capot de tu coche.

Puedo ser tu sueño más hermosamente cursi o puedo ser el Freddy de tus Martes 13. Puedo también quitarme la piel y clavarla con chinches doradas en la cabecera de tu cama o puedo bordar mis iniciales en todas tus toallas. Puedo ser un gatito de almohadón o un gigantesco culebrón que se arrastra en silencio sobre su vientre viscoso.

Puedo escribir un cuento, narrar en versos, llenarte de haikus los bolsillos o practicar el lenguaje universal de las señas cuando recorra tu cuerpo con las manos tibias. Puedo ser en la realidad y en la ficción, puedo ser la reja de tu balcón, puedo ser el reflejo en el charco de tu patio o la cara que ves a través del espejo retrovisor.

También puedo levantarte las veredas a taconazos o derrumbar tu medianera. Puedo construir sobre un pantano pero no puedo levantarme en tus cimientos. Puedo repiquetear en tus oídos, puedo gotear desde tu canilla. Puedo ser el infierno que se le olvidó recorrer a Dante y puedo ser dios en cada página de tu biblia.

Puedo sellar mis grietas sin telegrama de preaviso cuando te encuentres adentro o puedo hacerte socio vitalicio del amor.

Ay, puedo gatillar cuando no te atrevas, puedo ser tu deja-vú con otra idea y en otro lugar, puedo ser el olor agrio de tus malvones, también puedo ser la Nereida de tu fuente, la omnipotencia que hace que se te pasen ciertos detalles, la novia de Peter Pan, la Alicia del país de tus maravillas. Tu píxel muerto, tu anillo de oro, tu talego, tu orgullo y tu decepción. Puedo ser la que te ahogue con una almohada en el medio de la noche y por qué no el motivo de tu resurrección mañanera.

Puedo darte una sed tremenda, puedo galopar tus campos a traviesa y puedo anclarme en el triángulo de tus Bermudas. Puedo salir de tu heladera, puedo anidar en tus cajones y puedo enterrarme en tus cementerios. Puedo revolcarme en tu cama tendida, puedo ensuciar todas tus ropas. Puedo darte el delirio que me pidas, puedo ser fuego, agua, viento y tierra.

Puedo pensar en no quererte si me lo pedís correctamente. Me atrevo a ser tu fiesta sorpresa, la serenata en tu ventana, tu propuesta indecente. Puedo ser el arbolito que te falta plantar, el libro que escribas post mortem y puedo darte el hijo que no querés.

¿Y entonces qué?...
Come on baby, light my fire.

MC
Enero 2010, para M., que lo vivió.

miércoles, 6 de enero de 2010

Who´s gonna ride your wild horses?


Así que tenés frío… ¿ahora tenés frío?
¿Ahora te tiritan los dientes?, ahora te está castañeteando el alma…

Se te congeló la punta de la lengua… se te pusieron moradas las yemas de los dedos…

¿Así que se te vino el invierno encima?, te salteaste el otoño y se te llenó de escarcha la bragueta, empezó a nevar adentro de la bola de vidrio dónde vivís… A ver, dejame darla vuelta, dejame sacudirla para ver cómo te revolcás entre los copitos, dejame ver si caes de culo o paradito como siempre, dejame agitarla una vez más antes de revolearla adentro del placard de las cosas en desuso.

¿Ahora tenés bajo cero en la sensación térmica? Se te cristalizaron los lagrimales y llorás por las palabras, llorás como una Magdalena al pie de la cruz donde me dejaste clavada la última vuelta. Me dejaste porque perdías el charter, chico fino, a vos que cualquier bondi te dejaba en ningún lado.

Ahora tenés ganas de que te tejan la bufandita azul, vos, pechito argentino que ibas descogotado por los boliches en plena helada. Así que tenés frío y el pelaje no te alcanza, el gas te lo cortaron porque tenías cosas más blancas que garpar; pero ahora mi estufa no calienta, mi leña se quema en otros hogares y tu carboncito chaqueño queda lejos. Hacete la caminata hermano, pateáte esos kilómetros que le debés a la familia, no vengas con tus labios paspados a repetirme historias que borré a lengüetazos.

¿Ahora tenés frío…? Con 32 grados vos tenés rocío en las ojeras y yo, yo tengo los pies bien calentitos. Qué pena viejo, a veces es tarde y no hay más cuerda.

MC
Enero 2010.