jueves, 24 de febrero de 2011

Wandering spirit

Tres de la mañana.
Cata se incorpora en la cama con los ojos demasiado abiertos.
Mira a la derecha y Mariano duerme placidamente. No fue una pesadilla, fue una revelación: Tenía que pintarse una uña de color azul. Si, azul.

Se mira los diez cuadraditos rojos y sin dudarlo la elegida es la del anular derecho. Ahora, ahora mismo, antes de que la epifanía se desvanezca.
Corre Cata al baño y revuelve ruidosamente los frasquitos y ahí está, empieza a sacudir frenética el Azul Electro mientras abre con la boca la tapita del Cutex Antiquiebre. Ya limpita la superficie antiguamente roja, procede al sacrificio. Sentada a los pies del inodoro, con la tapa a modo de mesita, comienza a esmaltar en trance.

Mariano, apoyado contra el marco de la puerta, mira y decide no preguntar, puede ir al bañito nuevo y mejor, mejor no preguntar, a ver si todavía se desvela por la respuesta. Mañana decidirá si lo soñó o si corresponde la consulta.

Cata se mira el dedo satisfecha. Aplacada. Se apagó el incendio que la necesidad imperial de azular al rojo monopolio había propagado.
Mientras agita la mano para que el secado rápido sea más rápido reza: -”ah, bendita tu eres entre todas las rojitas”. Y vuelve a la cama procurando que la mano intervenida quede fuera de las sábanas.

A la mañana le alcanza un mate a Mariano que, mirando fijo, le dice: - “me gusta che”.
Cata, histriónicamente sorprendida, agradece: - “qué cosa, ah sí sí, no se, linda, no?, gracias!”.

Durante el transcurso del día Damián se agarra la cabeza, Chiche festeja la incoherencia; Rulo sugiere pintar de azul y amarillo, intercalado. Laura le canta el estribillo de “El Rebelde” de La Renga mientras se ríe. Jo le pregunta si puede pintarse igual. Nico la agrega a su Facebook. Lorena la trata de grasa. Rodrigo se encoge de hombros y entre unos y otros se construye el castillito de arena que será arbitrariamente desmoronado por las olas de la acetona en cuando Cata se aburra del asunto.

Ergo, el único, verdadero e indigerible problema aparece a la nochecita, de visita en Belgrano, cuando su mamá dispara a quemarropa un devastador, fulminante y mortal “me encanta”.

Y así fue que, colorín colorado, este azul ha terminado.

MC
02/2011

4 comentarios:

PeterG dijo...

Me re gustó como lo terminaste. Los libros, películas, cuentos, etc., a veces son bárbaros en el desarrollo, pero finalizan, que te dejan ¿Así terminó?, pero me encantó como lo remataste, ja ja. Che, en el relato me sacaste la crítica que te iba a hacer, porque las uñas tenían que estar pintadas de amarillo, ja ja.
Besos.

M.C. dijo...

Peter! que buen comentario por favor!! GRACIAS! La proxima las pinto de azul y amarillo!
:)

Luchinio dijo...

Hola MC. excelente todo, el relato y la foto.
Sin palabras, me encanto.
Espero leer todos los que tenes y que sigas agregando nuevos.
Bs.

M.C. dijo...

Luchinio, hola! muchas gracias :)