
XXI
Voz de nadie, extranjera
al otoño, y en un tiempo recogida
en el ojo que sangró tanta
claridad. Tu tendón
no sana, es
otra cuerda, trenzada
con tinta, doliéndose a través
de esta mano inexperta: que devuelve
o arrastra hasta nosotros
las imágenes: este cadáver
clarividente, cantando
desde su espejo en la horca; una breve
mirada,
como piedra arrojada
contra el hielo de abril,
tañendo en lo más hondo
el pozo de tu aliento; un ojo,
y luego
otro más. Hasta que el buitre
sea la palabra
que sacie estos desperdicios, la noche
será tu presa.
Paul Auster - Desapariciones.
Gracias Marcela Vivar por estos poemas.
3 comentarios:
Impresionante. Leí bastante a Auster, pero jamás poemas.
Las imágenes, justas.
Un abrazo,
Gabriel
Pero vos a mi me queres matar de la emocion! Entre de casualidad (siempre leo tu blog aunque a veces no te comente o no te lo diga) y ver esa dedicatoria con ese poema de ese libro que sabes era importante y ahora doblemente importe me hizo llorar me hace llorar. Simplemente gracias. A veces me gustaria teletrasnpotarme solo por una noche de charla, musica y vino cn vos. Te adoro!
Marce
PD: aca no existe el hociqueo y yo te extraño
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